Uno de los problemas más
significativos con los cuales nos enfrentamos los profesores de educación
superior es la falta de lectura y su correspondiente hábito en nuestros
alumnos.
PROBLEMA
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TEMÁTICA
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PROBLEMA
DE INVESTIGACIÓN
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·
Falta de lectura
·
Falta de hábito de la lectura
·
Incapacidad de interpretar textos
·
Graves omisiones y errores en el protocolo de
comunicación
·
Ausencia de programas para fomentar la lectura
·
Nula implicación del cuerpo de profesores en
la cuestión
·
Planes de estudio no adecuados
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La falta de hábito de la lectura por parte de los
estudiantes universitarios así como la falta de rigurosidad científica o
apatía por parte de los profesores ha provocado que entre los estudiantes
existan graves deficiencias en la comprensión lectora como en el uso de
fuentes confiables para desarrollar sus tareas.
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¿Cómo fomentar el hábito de la lectura en los
estudiantes universitarios?
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La lectura es, en la actualidad,
una habilidad o competencia muy difícil de promover y potenciar en los estudiantes
debido a la avasallante y atractiva cantidad de distractores que los rodean,
entre ellos los juegos de computadora, la televisión y el uso creciente de las
redes sociales. Cada vez es mayor el número
de iletrados y analfabetos funcionales en nuestra sociedad.
Es evidente que son muchos los
individuos que han perdido la capacidad de interpretar un texto y de comprender
su sentido. Esta afirmación puede constatarse en la infinidad de mensajes mal
redactados, en los errores ortográficos cometidos, la escasez de los
conocimientos de sintaxis y, a veces, la poca preocupación que muestran ciertos
medios de comunicación. Es cada vez más frecuente el deterioro del lenguaje en
este sentido.
Es común la impresión de que la familia
y la escuela son los principales epicentros en la producción masiva de
iletrados y a la escuela se le achaca la necesidad de crear buenos lectores. Para
poder cumplir con ese objetivo en el aula los docentes debemos emplear toda nuestra
creatividad y elaborar estrategias de lectura a la hora de planificar.
Sin embargo, de acuerdo a Ester
Jacob, "Leer es comunicarse con otro (el autor) y soñar, imaginar,
entretener, aprender, conocer... La sola capacitación para leer (habilidad para
decodificar), no crea lectores y como no nacemos lectores, es necesario conocer
estrategias para acercar al libro".
Esto nos deja un primer
aprendizaje: formar lectores es muy distinto de enseñar a leer. Para ayudar al
alumno a tener ganas de leer y mantener el interés por los libros y la lectura,
es imprescindible que padres y maestros estén estimulados. No puede
transmitirse algo que no se siente.
La lectura comienza antes del
aprendizaje formal. El alumno, desde pequeño, ve y lee imágenes, láminas,
carteles, propaganda diversa. Además extrae significaciones de ellas y le
sirven para hablar e inventar historias. Esta etapa en el desarrollo del alumno
es fundamental. Todo lo que adquiera a través de los miembros de su familia
será beneficiosos en el momento de aprendizaje de la lectura. La lectura, según
Smith F., se inicia con una entrada gráfica, los ojos recogen las marcas
impresas y las envían al cerebro para que éste lo procese.
Ese procesamiento sólo es posible
por los conocimientos y experiencias contenidos en la memoria del lector.
Gracias a ello el cerebro puede tomar decisiones respecto de la información
visual y construir un significado para el texto en cuestión. El aprovechamiento
dependerá de las vivencias y estímulos que posea el alumno.
El alumno debe tomar contacto con
los libros y los cuentos desde pequeño. Debe estar ansioso por aprender a leer
para poder decodificar él mismo las historias que sus familiares le han contado
o leído. Hasta el ingreso a la escuela, el alumno persigue a los integrantes de
la familia para que le lean o le cuenten historias. El libro es uno de sus
juguetes preferidos. A los seis años ingresa en la escuela donde después de una
ardua tarea aprende finalmente a leer. Aquí es donde la familia debe prestar su
mayor apoyo. La lectura en esta etapa no resulta placentera para el alumno. Es
más, le cuesta, se equivoca y no alcanza a comprender lo que lee.
Por eso, se insiste en que la
familia debe acompañar al alumno desde temprana edad con la lectura compartida
de los temas que le interesan, con la narración de cuentos y con el fomento de
la expresión oral. Este será el mejor incentivo para perfeccionar la lectura.
RELACIONES
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PROBLEMA
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#
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EMITE
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RECIBE
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Falta de lectura
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1
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2
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6
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Falta de hábito de lectura
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2
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3
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1
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Incapacidad de interpretar textos
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3
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1
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Graves omisiones y errores en el protocolo de
comunicación
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4
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1
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1
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Ausencia de programas para fomentar la lectura
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5
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2
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2
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Nula implicación del cuerpo de profesores
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6
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2
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2
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Planes de estudio no adecuados
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7
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5
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5
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Después de analizar la situación problemática
y las relaciones entre problemas podemos determinar que la falta del hábito de
la lectura es un posible problema de investigación.
La escuela es la encargada de
enseñar a leer con el objetivo de emplear la lectura para el aprendizaje.
Además es el lugar donde se imparten los conocimientos. Por lo tanto, el alumno
relaciona la lectura escolar con la obligatoriedad. Es muy difícil que la
obligatoriedad lleve a la adquisición del hábito de la lectura.
Generalmente la obligatoriedad
genera rechazo. En este momento la lectura se ha convertido en un fastidio para
el alumno y cualquier intento de revertir esta situación resultará vano. El
alumno no comprende para qué le servirá en el futuro saber leer. Le interesa
hoy, leer algo interesante, algo que lo distraiga, que lo haga soñar, imaginar.
La lectura no debe ser una simple
asignatura sino una actividad necesaria que no siempre hay que entender como un
placer. Además, es la principal fuente de conocimiento, nos ayuda a comprender
el mundo, a comunicarnos con mayores garantías, a pensar de forma crítica y
creativa. En definitiva, nos hace más libres. Y sabemos también que es uno de
los inconvenientes que tienen los estudiantes para progresar en el aprendizaje.
Al abordar el tema de la lectura,
los docentes nos encontramos con una realidad bastante evidente: dificultades
en la comprensión del alumnado; falta de hábito lector; la no disposición de un
tiempo determinado para la lectura; la carencia de un lugar adecuado; la
ausencia de un programa de animación a la lectura; la poca implicación del
profesorado.
Y todo ello relacionado con la
falta de base de los alumnos y alumnas, propiciada por un sistema de enseñanza
de mínimos, la ausencia de medios organizativos y curriculares donde se
contemple la lectura como una fuente de información y de entretenimiento, la
propia infraestructura de los centros y, por último, la poca formación del
profesorado en la lectura.
El lector se forma y para ello es
necesario el trabajo en conjunto de la familia con la escuela. La familia irá
acompañando los logros e incentivando el placer por la lectura. Una vez
adquirido el hábito y la necesidad de contacto con los libros, el alumno
alternará sus lecturas entre lo obligatorio y lo recreativo. Estaremos así en
presencia de potenciales lectores que necesitarán de la lectura diaria para su
subsistencia.
En nuestras escuelas podemos
crear la biblioteca de aula con libros traídos por los alumnos, prestar libros
a los alumnos para que lleven todos los fin de semana a sus casas, plantear un
cuestionario general para que respondan en su lectura de fin de semana,
determinar un día a la semana en el cual se haga una lectura y evaluación
colectiva de la misma (sería adecuado para obtener mejores resultados, que se
tenga una cartelera en la cual todas las semanas se vaya colocando los avances
que cada alumno logra en este aspecto ). Seleccionar un libro para leer una o
dos veces por semana durante todo el año…
Se debe crear un Proyecto de
Lectura que procure buscar un sentido a lo que se lee, que promocione la
lectura libre, informal, espontánea, que cuente con un equipo de trabajo
comprometido que estimule el interés y desarrolle la sensibilidad de los
estudiantes transmitiéndoles y haciéndoles descubrir sus propias emociones e
impresiones como lectores.
En dicho Proyecto se puede
contemplar distintos tipos de lectura: la lectura comprensiva, la lectura como
instrumento de aprendizaje (para informarse y comunicarse), la lectura
expresiva, la lectura lúdica, la lectura creativa, la lectura reflexiva… atendiendo
las siguientes demandas: literatura infantil y juvenil, literatura clásica y
moderna, cómics y álbumes, libros informativos, prensa y revistas, videos, música
y software educativo.
Este Plan de Lectura estará
diseñado con continuidad en el transcurso de las actividades cotidianas, no
como medida excepcional.
Se tratarán lecturas selectivas
que se ajusten en lo posible a intereses, niveles y evolución personal de cada
lector. En el primer ciclo trabajaremos las estrategias de comprensión y en los
cursos superiores se trabajará más la lectura de investigación, las técnicas de
estudio basadas en el acto lector reflexivo.
El Proyecto de Lectura estará
integrado en el Proyecto Curricular, por lo que se requiere la participación de
todo el profesorado, la colaboración de la Administración y la implicación de
las familias. El proceso contará con una autoevaluación en la que se analizarán
tanto las didácticas como las actitudes y motivaciones mostradas por el
alumnado y el profesorado, la idoneidad de los materiales y recursos, la
temporalización.










