"No hay pasado ni futuro, solo un presente incierto e impredecible".
"No quiero permanecer, quiero experimentar".
"No sé lo que quiero ser, solo sé lo que no quiero ser".
En estas frases podemos resumir el pensamiento de Zygmunt Bauman, expresado en su vídeo acerca de la educación líquida.
Los seres humanos que estamos viviendo en el siglo XXI estamos sumergidos en un proceso ineludible
y confuso para poder integrarnos a una sociedad cada vez más global, pero sin identidad fija, y sí maleable y voluble. Esta identidad se tiene que inventar, que crear, a
través de moldear máscaras de sobrevivencia.
Si en los siglos anteriores la sociedad se
caracterizaba por
el sentido de pertenencia del individuo muy
marcado entre
los
distintos estratos sociales, ahora
con
el auge de las redes sociales y las TIC, las identidades globales, volubles, permeables y propiamente frágiles, oscilan de acuerdo a la tendencia que marca el consumismo.
“La planificación del futuro desafía nuestros hábitos y costumbres, las capacidades que aprendimos para
superar los escollos del camino. La impresión general es que día con día, permanentemente, estamos ante
una encrucijada. Hay muchos caminos hacia diferentes direcciones y no sabemos muy bien qué
sendero
transitamos.”
La labor de la educación líquida requiere de nuevos modelos para construir una identidad digital que nos
permita como sujetos
sobrevivir y “surfear”
en estas aguas turbulentas
en
que estamos
navegando.

Me parece muy acertado, compañero lo que dice acerca de que vivimos un desafío permanente de nuestros hábitos y costumbres, de nuestras capacidades, de nuestras formas de resolver los problemas que aprendimos de nuestros padres y maestros.
ResponderBorrarGracias por sus aportes.