lunes, 27 de enero de 2014

Actividad integradora al Nodo Problemático N5

Uno de los problemas más significativos con los cuales nos enfrentamos los profesores de educación superior es la falta de lectura y su correspondiente hábito en nuestros alumnos.
 
La lectura es, en la actualidad, una habilidad o competencia muy dicil de promover y potenciar en los estudiantes debido a la avasallante y atractiva cantidad de distractores que los rodean, entre ellos los juegos de computadora, la televisión y el uso creciente de las redes sociales. Cada vez es mayor el número de iletrados y analfabetos funcionales en nuestra sociedad.
 
Es evidente que son muchos los individuos que han perdido la capacidad de interpretar un texto y de comprender su sentido. Esta afirmación puede constatarse en la infinidad de mensajes mal redactados, en los errores ortográficos cometidos, la escasez de los conocimientos de sintaxis y, a veces, la poca preocupación que muestran ciertos medios de comunicación. Es cada vez más frecuente el deterioro del lenguaje en este sentido.
 
Es común la impresión de que la familia y la escuela son los principales epicentros en la producción masiva de iletrados y a la escuela se le achaca la necesidad de crear buenos lectores. Para poder cumplir con ese objetivo en el aula los docentes debemos emplear toda nuestra creatividad y elaborar estrategias de lectura a la hora de planificar.
 
Sin embargo, de acuerdo a Ester Jacob, "Leer es comunicarse con otro (el autor) y sar, imaginar, entretener,  aprender, conocer... La sola capacitación para leer (habilidad para decodificar), no crea lectores y como no nacemos lectores, es necesario conocer estrategias para acercar al libro".
 
Esto nos deja un primer aprendizaje: formar lectores es muy distinto de enseñar a leer. Para ayudar al alumno a tener ganas de leer y mantener el interés por los libros y la lectura, es imprescindible que padres y maestros estén estimulados. No puede transmitirse algo que no se siente.
 
La lectura comienza antes del aprendizaje formal. El alumno, desde pequeño, ve y lee imágenes, láminas, carteles, propaganda diversa. Además extrae significaciones de ellas y le sirven para hablar e inventar historias. Esta etapa en el desarrollo del alumno es fundamental. Todo lo que adquiera a través de los miembros de su familia será beneficiosos en el momento de aprendizaje de la lectura. La lectura, según Smith F., se inicia con una entrada gráfica, los ojos recogen las marcas impresas y las enan al cerebro para que éste lo procese.
 
Ese procesamiento sólo es posible por los conocimientos y experiencias contenidos en la memoria del lector. Gracias a ello el cerebro puede tomar decisiones respecto de la información visual y construir un significado para el texto en cuestión. El aprovechamiento dependerá de las vivencias y estímulos que posea el alumno.
 
La escuela es la encargada de enseñar a leer con el objetivo de emplear la lectura para el aprendizaje. Además es el lugar donde se imparten los conocimientos. Por lo tanto, el alumno relaciona la lectura escolar con la obligatoriedad. Es muy dicil que la obligatoriedad lleve a la adquisición del hábito de la lectura.
 
Generalmente la obligatoriedad genera rechazo. En este momento la lectura se ha convertido en un fastidio para el  alumno y  cualquier intento de revertir esta situación  resultará vano.  El alumno no comprende para qué le servirá en el futuro saber leer. Le interesa hoy, leer algo interesante, algo que lo distraiga, que lo haga sar, imaginar.
 
La lectura no debe ser una simple asignatura sino una actividad necesaria que no siempre hay que entender como un placer. Además, es la principal fuente de conocimiento, nos ayuda a comprender el mundo, a comunicarnos con mayores garantías, a pensar de forma crítica y creativa. En definitiva, nos hace más libres. Y sabemos también que es uno de los inconvenientes que tienen los estudiantes para progresar en el aprendizaje.
 
Al abordar el tema de la lectura, los docentes nos encontramos con una realidad bastante evidente: dificultades en la comprensión del alumnado; falta de hábito lector; la no disposición de un tiempo determinado para la lectura; la carencia de un lugar adecuado; la ausencia de un programa de animación a la lectura; la poca implicación del profesorado.
 
Y todo ello relacionado con la falta de base de los alumnos y alumnas, propiciada por un sistema de enseñanza de mínimos, la ausencia de medios organizativos y curriculares donde se contemple la lectura como una fuente de información y de entretenimiento, la propia infraestructura de los centros y, por último, la poca formación del profesorado en la lectura.
 
Debemos crear un Proyecto de Lectura que procure buscar un sentido a lo que se lee, que promocione la lectura libre, informal, espontánea, que cuente con un equipo de trabajo comprometido que estimule el interés y desarrolle la sensibilidad de los estudiantes transmitiéndoles y haciéndoles descubrir sus propias emociones e impresiones como lectores, atendiendo la diversidad de lenguajes, canales, medios y recursos comunicativos.
 
En dicho Proyecto se puede contemplar distintos tipos de lectura: la lectura comprensiva, la lectura como instrumento de aprendizaje (para informarse y comunicarse), la lectura expresiva, la lectura lúdica, la lectura creativa, la lectura reflexiva atendiendo las siguientes demandas: literatura infantil y juvenil, literatura clásica y moderna, cómics y álbumes, libros informativos, prensa y revistas, videos, sica y software educativo.
 
Este Plan de Lectura estará diseñado con continuidad en el transcurso de las actividades cotidianas, no como medida excepcional.
 
Se tratan lecturas selectivas que se ajusten en lo posible a intereses, niveles y evolución personal de cada lector.
 
El proceso contará con una autoevaluación en la que se analizarán tanto las didácticas como las actitudes y motivaciones mostradas por el alumnado y el profesorado, la idoneidad de los materiales y recursos, la temporalización.
 
Las acciones están enmarcadas en un enfoque pedagógico que tiene en consideración la potencialidad de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en relación con los procesos de enseñanza y aprendizaje.
 
En la agenda que programará el docente se busca incorporar actividades extracurriculares que fomenten el hábito de la lectura, promoviendo el uso, reutilización y remezcla de recursos educativos. (Declaración de Budapest, Preámbulo, pág.1)
 
De igual forma, se busca que tanto los docentes como los alumnos sensibilicen sobre el papel de los Recursos Educativos Abiertos (REA) en el apoyo a las prácticas educativas transformadoras e innovación en el aprendizaje con el fin de motivar la lectura a través de Productos Educativos Abiertos (PEA). (op. cit.  pág. 6)
 
La utilización de REA para fomentar el hábito de la lectura en los estudiantes de educación superior permite potenciar a niveles insospechados sus habilidades lectoras, ya que son recursos existentes, gratuitos y a disposición inmediata de los estudiantes.  Esto permite ahorrar costos de logística de forma significativa, además de que responden a las necesidades individuales de cada alumno, el cual tendrá a su entera disposición una amplia gama de recursos disponibles en los diversos lenguajes y estilos de aprendizaje existentes.
 
Este proyecto está bosquejado de forma electrónica y virtual en la siguiente dirección de la web:


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